miércoles, 6 de noviembre de 2019



BOTERO, UN MINISTRO CASI EN LA LONA
Además de la oposición, los liberales y Cambio Radical anunciaron que pedirán su salida del cargo.
Cuando el liberal Lidio García, presidente del Senado, dio por concluido el debate de moción de censura, el ministro de Defensa Guillermo Botero se quedó sentado en la misma silla donde recibió los más duros ataques desde que ocupa el cargo. Rodeado por la cúpula militar, sus asesores, permaneció sentado casi media hora como un boxeador que está sentado en su esquina asimilando los golpes recibidos.

Al otro extremo del recinto, otro corrillo. Los senadores de la bancada del Centro Democrático rodeaban a Álvaro Uribe que también parecía contrariado. La defensa del ministro no lo había dejado satisfecho por lo que también trataba de asimilar las consecuencias de un debate que golpeó al gobierno.

Media hora después el ministro Botero por fin se levantó de su silla y caminó hacia dónde estaba Uribe con sus senadores. Después de un apretón de manos se aguantó, por más de veinte minutos, una auténtica cartilla del senador Uribe que seguramente no se hubiera producido si el ministro de Defensa hubiera descollado en el debate.
Luego, el ministro Botero abandonó el recinto. Lo hizo con la cabeza agachada como la tenían la decena de generales que habían llegado hasta el capitolio para acompañar al jefe de la cartera de Defensa. El silencio parecía cortar el ambiente. Parecía un funeral.

A la salida del recinto, los periodistas esperaban al ministro Botero para recoger sus reacciones al debate. Nunca paró. Contestó mientras caminaba, con voz baja, y lo único que aseguró es que no iba a renunciar.
Era la segunda moción de censura que el ministro de Defensa afrontaba en los 14 meses desde que ocupa el cargo. En la primera, arrasó en la Cámara de Representantes donde recibió el apoyo de 130 de 168 congresistas. Para esta moción de censura se preparó de la misma forma que la anterior. A punta de cifras mostrando los indicadores de su administración en distintas materias: hurto, reducción de homicidios, secuestros, y lucha contra los cultivos ilícitos, donde mejor se defendió. Pero no estuvo preparado para las revelaciones que le tenía el citante, Roy Barreras (la U) que lo cogieron fuera de base.

Barreras, que hace dos semanas había puesto contra las cuerdas al ministro a quien calificó de haber fracasado al frente de la política de seguridad, se destapó con dos informes de Medicina Legal.
El primero se refería al caso de Flower Trompeta, un líder campesino que apareció muerto en el Cauca en circunstancias que aún se investigan, pero que en principio las autoridades lo dieron como muerto en un combate contra disidencias de la guerrilla.

Según el senador Barreras este fue un caso de una ejecución extrajudicial “vendida como muerte en combate”. Para sustentar su afirmación mostró un dictamen de Medicina Legal que demuestra que lo mataron “fusilado por la espalda con tiros de uno en uno”.

“Quieren ocultar que Flower Trompeta fue fusilado en la finca de su padre tratando de huir, les mintieron a los colombianos”, dijo Barreras al señalar que la primera versión fue que había sido producto de un combate.

Pero la revelación que más estremeció al Capitolio fue la que Barreras hizo sobre un reciente bombardeo contra las disidencias de las Farc en el que fallecieron 7 menores de edad.
En ese operativo que se realizó el 30 de agosto en una zona rural de San Vicente del Caguán fue bombardeado un campamento de una disidencia de las Farc en el que murió su jefe Rogelio Bolívar Córdoba, alias Gildardo Cucho, quien cayó junto a 14 de sus hombres.

Pero según demostró Barreras en el debate, el ministro Botero nunca informó sobre la muerte de los menores de edad. Esa información la sustrajo el congresista de otro informe de Medicina Legal que detalla que entre los fallecidos hay menores de edad.

El reporte de Medicina Legal está fechado el 19 de septiembre y en este se detallan las edades, identidades y estado de los cuerpos. Entre los muertos hay una niña de 12 años.
“En ese bombardeo cuando presentó a los colombianos la baja de 14 criminales de las disidencias ocultó que 7 eran niños incluyendo una niña de 12 años. Nunca le contó eso a Colombia. Un ministro que miente hace que se pierda esa confianza en las fuerzas militares. Si fuese un error militar porqué ocultó esa información. Medicina legal recibió 18 cuerpos de esos 14 pudo identificar y 7 eran niños de 12 y 15 años”, explicó Barreras.

En los 45 minutos que tuvo el ministro Botero para defenderse, nunca se refirió al caso de Flower Trompeta ni al bombardeo en el que murieron los menores de edad.

A tal punto que antes que terminara el debate el senador Álvaro Uribe tuvo que pedir una moción de orden para pedirle al ministro Botero que se pronunciara frente a esos dos asuntos los cuales calificó como “muy delicados”.

Entonces Botero reconoció que el Ministerio no tenía conocimiento de la presencia de niños en dicho campamento, pero advirtió que el operativo se desarrolló bajo las reglas del Derecho Internacional Humanitario.

“Las operaciones militares siempre se desarrollan de acuerdo a estándares internacionales, cuando esta operación se hace, no se conocía de la presencia de menores”, reconoció el funcionario en el Senado.

El ministro aseguró que este tipo de operaciones tiene control judicial y señaló que el bombardeo estuvo soportado en una investigación de las Fiscalías 114 y 135 especializadas de la dirección contra las organizaciones criminales. "Correspondería a las autoridades competentes a la luz de las normas del Derecho Internacional Humanitario la infracción de la que es responsable el Grupo Armado Organizado por utilizar menores como parte al parecer de su estructura de seguridad", señaló.

Sobre el caso de Flower Trompeta, el ministro Botero dijo que se atienen a lo que arroje la investigación de la Fiscalía sobre ese caso. “Sobre este caso desde el primer momento hubo acompañamiento de las autoridades judiciales y no tenemos la autopsia”, manifestó.

Las explicaciones no dejaron satisfecho al senador citante. "No ha contestado por qué le ocultó a Colombia que murieron siete niños en ese bombardeo, o no lo sabía y se enteró hoy por mi informe... O sí lo sabía, y por eso consultó abogados, y no ha dicho por qué lo ocultó. Aunque sea cierta la aberración de suponer que una niña de 12 años portando fusil era una criminal, usted no lo podía ocultar, eso es un adefesio", manifestó Barreras.

Aunque nunca antes un ministro de Estado había salido tambaleante de una moción de censura, Guillermo Botero sí salió golpeado y casi que con un pie afuera de su cargo.

La suerte del ministro empezó a cambiar desde el lunes festivo. En la tarde, el senador Roy Barreras se reunió con César Gaviria, jefe del Partido Liberal, y le expuso los pormenores del debate. Al conocer la información que se revelaría, Gaviria se reunió el martes con la bancada de senadores del partido y los convenció para votar a favor de la opción de censura.

A la expectativa de esa decisión estaba el otro partido independiente al gobierno, Cambio Radical, que tras reunirse antes del debate decidió votar en bancada a favor de la moción de censura contra el ministro Botero.

Para que el ministro sea destituido de su cargo se necesita la mayoría absoluta de la plenaria del Senado que se constituye con 55 votos (de 108). Se da por descontado que la oposición votará por la salida de Botero, a los que se debe sumar los votos del Partido Liberal y Cambio Radical.

En manos del Partido de la U, que es de gobierno, también estaría la suerte del ministro, aunque en esta colectividad tres senadores ya cantaron su voto contra Botero, lógicamente el citante Roy Barreras más Armando Benedetti y Roosevelt Rodríguez. 
TOMADO DE REVISTA SEMANA



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