EL JUICIO DE SALOMÓN REY
Salomón
Rey fue un niño introvertido en su infancia, debido a esto en la escuela lo
discriminaban sus compañeros y hasta los profesores, por eso a la hora del
recreo se ubicaba donde no estorbara, fuera del alcance de sus condiscípulos por
dos razones: la primera era que no lo notaran y la segunda que, al no ser
percibido, no lo hacían víctima de sus
bromas.
A
pesar de que su cociente intelectual era bastante superior al de sus
condiscípulos no se notaba porque, como ya se dijo antes, hasta los maestros lo
vejaban y no lo tenían en cuenta para casi nada, a no ser que lo encargaran del
aseo del salón en las tardes al terminar las clases. Los jóvenes de hoy tal vez
no me crean pero, hace ya muchos años, el barrido y limpieza de las aulas de
clase correspondía a los estudiantes por turnos y, en la escuela de Salomón,
siempre le correspondía a él esta tarea. Y para colmo, a veces lo hacían lavar
los baños.
En
Colombia, cuando una persona es obediente acata órdenes y tiene disciplina en
su vida se dice que es muy juicioso; así era este personaje, un chico muy
juicioso, de manera que Salomón Rey tenía juicio en sus actuaciones diarias. En
su casa, a diferencia del centro educativo, si eran considerado y respetado de
acuerdo a sus años. Pero fue pasando el tiempo y llegó la pubertad, esa época
donde todos nos resentimos con facilidad, especialmente con los mayores que son
todos los que tienen más de 18 años; Salomón no tenía ningún grupo como suele
ocurrir en estos años desventurados en que el ser humano está totalmente
desubicado de la realidad y sólo se identifica con sus iguales.
Cada
día el agobio de las burlas y las humillaciones se hacía más frecuente. En su
casa sus hermanas, sus primos y otros familiares lo discriminaban por su
hermetismo y su falta de comunicación. El en su soledad creaba mundos utópicos
por medio del dibujo y las palabras; así, se iba convirtiendo en un buen
dibujante y mejor escritor que destacaría en el futuro y lo sacaría pueblo, la
provincia y el país un como jamás superó su soledad interior y su timidez,
cuando llegó el amor no supo controlar sus emociones y se volvió loco. En el
pueblo cuando se hablaba del juicio del sabio rey Salomón de la Biblia se
decía: “…nuestro Salomón Rey perdió el juicio…” en medio de carcajadas.
Edgar
Tarazona Angel
No hay comentarios:
Publicar un comentario