lunes, 26 de octubre de 2015

URIBISMO, DERROTA EN SU PROPIA TIERRA


Uribe, perder es ganar un poco

Solo dos alcaldías capitales y una Gobernación, Casanare, fueron el botín político que conquistó el CD en su estreno en las elecciones regionales.
Álvaro Uribe ha sido de los campeones de las elecciones en las recientes décadas. Llegó a la Presidencia y se reeligió con más del 60 % de respaldo de los colombianos. Cada vez que apareció en el tarjetón, arrasó. Pero nunca pudo endosar ese imán electoral a los candidatos que se ufanaron de contar con  su respaldo.
Así pasó hace cuatro años, cuando todavía orientaba al Partido de la U. En el 2011 los candidatos que apoyó en las principales ciudades perdieron. Y en estas elecciones también quedó demostrado que su guiño no siempre es garantía de triunfo.
Los resultados de las elecciones para el Centro Democrático, partido que lleva dos años en formación y que se estrenaba en elecciones regionales, se pueden ver desde dos perspectivas. Si el año pasado sorprendieron al llegar a la segunda vuelta de las presidenciales, y al elegir una bancada de congresistas de 39 parlamentarios, en estas elecciones apenas ganaron una Gobernación, la de Caquetá, y dos alcaldías capitales, Leticia y Florencia.  
Las cifras no los favorecen, pero, precisamente, el hecho de que era su primera aventura electoral en las regiones, convierte cualquier conquista en ganancia. Por eso, pueden ser los perdedores de las elecciones, pero en sus cuentas las curules en concejos, asambleas, las casi 100 alcaldías municipales, son un capital que puede llenarlos de algún entusiasmo.
Sin embargo, las elecciones para los uribistas estuvieron llenas de contrastes. En Antioquia, por ejemplo, el principal terruño de Uribe, el Centro Democrático fue el partido que más votos conquistó, pero perdió la Alcaldía de Medellín, su gran apuesta, con Juan Carlos Vélez Uribe, que a pesar de haber arrasado en todas las encuestas, en las urnas sufrió una dolorosa derrota.
Ganó en el sur del país, en el departamento de Caquetá, una zona de histórica influencia de las FARC donde se presumía que el discurso de Uribe no tendría mayor resonancia, también conquistaron la mayoría de electores y se hicieron con la Alcaldía de Florencia, y la de un municipio emblemático del conflicto como San Vicente del Caguán, antigua zona de despeje durante el gobierno de Andrés Pastrana.
En coaliciones, los uribistas pudieron sumar algunos triunfos. Por ejemplo, la base del partido en Cali apoyó a Maurice Armitage. En Bogotá, la lista de concejales fue apenas la cuarta más votada, y Francisco Santos, el candidato a la Alcaldía, quedó de cuarto como estaba previsto.
En conclusión, fueron unas elecciones más amargas que dulces para el uribismo, pero según las estadísticas, conquistaron alcaldías que no ostentaban. Por eso, la frase de Francisco Maturana le puede caer como anillo al dedo al Centro Democrático: “Perder es ganar un poco”. 
TOMADO DE LA REVISTA SEMANA

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