Tomado de
Revista Semana
Después de la denuncia del jefe de
Cambio Radical sobre la supuesta mermelada del gobierno: ¿Los senadores Díaz
Granados y Arturo Char correrán la misma suerte de Yidis Medina y Teodolindo
Avendaño? Uribe se pronunció sobre la polémica.
“Juego limpio” se tituló la columna
que publicó el jefe de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras. Como ya es
habitual en las páginas editoriales de domingo en El Tiempo, el excandidato
presidencial dedicó su espacio para tocar un tema de interés nacional. Sin
embargo, esta vez el texto resultó ser un poderoso torpedo en forma de denuncia
contra el gobierno de Iván Duque: “La opinión pública debe saber que desde la
Presidencia de la República, siguiendo órdenes que espero no sean del
Presidente sino de algún lambón con iniciativa, los señores Luis Lorduy y
Andrés Betancur, que despachan desde la Casa de Nariño y se presentan como
consejeros políticos, han llamado sin descanso a senadores y representantes de
Cambio Radical, y seguramente de otros partidos, a convenir qué grado de
participación aspiran tener en el Gobierno”, dice el texto.
La Procuraduría tendrá que abrir una
investigación disciplinaria en la que se implique a todos los mencionados.
La publicación causó revuelo de
inmediato en los círculos políticos. Vargas Lleras, en su propósito de evitar
nuevas rebeliones dentro de su partido, no dudó en irse lanza en ristre contra
los dos congresistas de su colectividad que desacataron la directriz de la
bancada. En particular Vargas denunció al senador Luis Eduardo Díaz Granados.
Según el jefe del partido, este senador, mediante conversación telefónica el
jueves a media noche aseguró que el viernes estaría en Valledupar donde toda la
bancada se reuniría para analizar las acciones a tomar en conjunto.
En la llamada Díaz Granados nada dijo
–asegura Vargas– sobre sus argumentos posteriores para revelarse quedándose en
Bogotá y yendo a votar a favor del Plan Nacional de Desarrollo. El voto de Díaz
Granados, así como el del también senador Arturo Char resultaron determinantes
para salvar el proyecto del inminente hundimiento. “Ni una palabra me dijo sobre la salvación de
Electricaribe, ni una mención sobre los beneficios del plan para su región. Su
compromiso con el partido y con la decisión mayoritaria de la bancada era
inquebrantable”, señaló Vargas en su columna.
En el texto el jefe del partido dice:
“Participación (en el gobierno) que, en el caso de quienes en Cambio Radical
asistieron presurosos a la sesión del viernes pasado a votar el plan, se ha
concretado ya, a modo de cuota inicial, con la designación de Karen Cecilia
Abudinen como alta consejera presidencial para las Regiones y, más
recientemente, de la nueva directora del Fonade, la institución tristemente
recordada como un nido de corrupción y que tiene a su cargo parte de la
contratación del Estado. A esta llegó Elia Abuchaibe, anterior secretaria de
Planeación en la Alcaldía de Barranquilla”.
Luego de la votación el senador Díaz
Granados, desde su cuenta en Twitter, explicó su voltereta en estos términos:
“Le dimos prioridad a los intereses de la región, al deber ser y sobre esa
base, en asocio con los congresistas Mauricio Gómez, del Partido Liberal y el
compañero de Cambio Radical, Arturo Char, los representes a la cámara Modesto
Aguilera y José Luis Pinedo. Hemos hecho la tarea”.
Pero esos argumentos de Díaz Granados
palidecen luego de la denuncia de su propio jefe político, Vargas Lleras. El exvicepresidente
fue más lejos y plantó otro elemento en su columna de denuncia. Vargas se
pregunta: “¿Qué poderosa razón lo hizo cambiar de opinión en la madrugada del viernes?
¿Qué pasó entre esa hora y el momento de su entrada triunfal al recinto del
Congreso el viernes? Qué pena me dio
verlo, agobiado como está por la investigación que contra él cursa en la Corte
Suprema de Justicia por la ‘operación quirófano’, en la que ya fue capturado el
director médico de la EPS Cajacopi, Javier Peña. Detrás de su nerviosa sonrisa
se debía de ocultar algo muy grave y también quizás algo muy atractivo, como lo
es la prometida Dirección Nacional de la Aeronáutica Civil. Zanahoria y
garrote”.
Las implicaciones legales de la denuncia de
Germán Vargas Lleras© Semana Las implicaciones legales de la denuncia de Germán
Vargas Lleras
Falta mucha agua por correr para
anticipar que la misma suerte correrán los senadores Díaz Granados y Char, o
los funcionarios del gobierno señalados en la columna.
La columna ha tenido impacto en lo
político. El senador Armando Benedetti del partido de la U aseguró que Vargas
le estaba “cantando la tabla al gobierno con nombres y pruebas” y que, en su
partido, en relación a supuestos ofrecimientos del Ejecutivo, “está pasando
igual y hace rato”. Por su parte, el senador del Polo Democrático Jorge Robledo
–un no propiamente un amigo político de Vargas– divulgó en las redes la columna
con el mensaje “Artículo de Germán Vargas Lleras que los colombianos deben
conocer y que la casa de Nariño debe responder”
Pero el revuelo de la columna
trascenderá lo político. Es de bulto que la Procuraduría tendrá que abrir una
investigación disciplinaria en la que se implique a todos los mencionados
–incluyendo al senador Díaz Granados y a su jefe político y denunciante–, y
además no es descartable que el asunto alcance lo penal. Los magistrados que
instruyen la investigación de la ‘operación quirófano’ seguramente también
querrán oír lo que Vargas pueda aportar a ese expediente, y el caso tomará una
relevancia tal que no tenía hasta antes de la columna dominical.
Por todo ello ya saltó a la palestra
una pregunta de tinte político pero cuya respuesta podría alcanzar el terreno
de lo legal: ¿Los senadores Díaz Granados y Arturo Char correrán la misma
suerte de Yidis Medina y Teodolindo Avendaño? Como se recuerda, estos últimos
fueron condenados luego de un proceso penal en el que la justicia encontró que
había votado en el Congreso a cambio de prebendas burocráticas. Medina –protagonista de la “Yidispolítica”–
era Representante a la Cámara y había anunciado que votaría en contra de la
reforma constitucional que abriría paso a una segunda reelección del presidente
Álvaro Uribe Vélez, en el último momento la congresista dio la voltereta y
junto a su colega Avendaño aportaron los votos definitivos para salvar el
proyecto. Tiempo después, ambos fueron condenados por la Corte Suprema de
Justicia por haber recibido a cambio de sus votos, notarías y cargos
regionales.
Falta mucho agua por correr para
anticipar que la misma suerte correrán los senadores Díaz Granados y Char, o
los funcionarios del gobierno señalados en la columna. Pero de probarse las
conductas denunciadas “se estaría frente al delito de cohecho por dar u ofrecer
con relación a los miembros del Gobierno que supuestamente están ofreciendo; y
cohecho impropio respecto de los congresistas”, asegura el abogado penalista
Marlon Díaz.
El que Díaz Granados y Char tengan
como contraparte y denunciante nada menos que a su jefe político Germán Vargas
no hace nada halagüeña su posición de arranque. Al cierre de este informe no se
conocía reacciones de los senadores de Cambio Radical a pesar que Vargas
desgranó a lo largo del día su columna en media docena de trinos con los que
mantuvo el tema activo en redes durante todo el domingo.
El propio Álvaro Uribe,
coprotagonista de la Yidispolítica, salió a enfrentar a Vargas. A través de un
trino el senador y expresidente aseguró –sin citar la comentada columna– que
“El presidente Duque no presiona a los congresistas con mermelada, tampoco los
amenaza con la Fiscalía ni abusa del nombre del fiscal, prácticas del anterior
gobierno todavía no sepultadas”.
Por su parte una de las personas
señaladas por Vargas, la Consejera Presidencial para las Regiones, Karen
Abudinen, también salió a rechazar los dardos. La funcionaria puso un trino
acompañado de una foto de hace dos décadas en la que aparece con Iván Duque y
el siguiente mensaje: “Para los que se preguntan desde hace cuándo conozco al
Presidente Iván Duque, es desde hace 18 años. La vida me dio la oportunidad de
interactuar con él en diferentes momentos y hoy ser parte de su equipo”.
Así las cosas, el debate apenas
comienza y aunque este podría tener ribetes legales, para que se llegue a ese
escenario falta algo no menor: que Vargas Lleras logró probar las delicadas
afirmaciones que expuso en su columna
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