viernes, 12 de abril de 2019

“MI NOMBRE ES ANDRÉS Y SI ESTÁS LEYENDO ESTO ES PORQUE ME HABRÉ SUICIDADO”




Yahoo Noticias  M. J. Arias,Yahoo Noticias. Ayer

El lunes 1 de abril Andrés no pudo soportar más la situación de acoso que vivía en el instituto, al que hace casi una semana que no acudía por esa misma razón, y decidió acabar con todo lanzándose desde el sexto piso del edificio en el que vivía junto a su familia en el distrito de Usera, en Madrid. Antes de su suicidio escribió una carta que está en poder de la Policía y que ha sido reproducida por El Mundo.

En ella, Andrés, de 16 años, relata cuál fue el calvario que vivió en los últimos meses y cómo llegó un momento en el que sitió que no podía hablar con nadie, que nadie podía ayudarle y tomo la decisión de acabar con su vida. Aunque según algunos compañeros, informa El Mundo, la tutora sí había sido informada de lo que estaba pasando, desde el Instituto Ciudad de Jaén, en el vecino barrio de Orcasitas, aseguran que no tenían conocimiento y que por eso no se había activado el protocolo establecido para los casos de acoso. El martes 26 de marzo fue el último día que acudió al centro. El lunes siguiente, moría.

“Mi nombre es Andrés y si estás leyendo esto es porque me habré suicidado”, comienza una carta escrita antes de saltar y con la decisión ya tomada. A lo largo de varias páginas explica la situación por la que tuvo que atravesar y cómo está se fue volviendo cada vez más insoportable. “El caso es que todo empezó bien hasta febrero de 2019, cuando caí en picado. Tenía que aguantar seis horas en las que poco a poco empezaba a tener más miedo y así fue mi último mes de vida. Sabía que estaba solo, que nadie me ayudaría”, cuenta.

En el instituto había alguien que le hacía la vida imposible pegándole, insultándole y quitándole cosas. A él se dirige directamente en su carta lanzándole varias preguntas. “¿Creíste que tus palabras no me hacen daño? ¿Que tus bromas alguna vez me gustaron? ¿Que me cogieras mis cosas y no me las devolvieras me hacía gracia? Y yo digo, ¿qué hice para merecer eso? No lo entiendo. Todo el rato fui un chico que no molestó a nadie”, se cuestiona.

Habla también de cómo se sentía, de cómo le daban ganas de llorar en el instituto, pero lograba contenerse. Llegó un momento en el que empezó a plantearse si tendría que seguir siempre así. Alejado de sus amigos de Coruña, desde donde la familia se mudó a principios de curso, y sin poder hablar con su novia, a la que según su carta su padre había prohibido comunicarse con él, no veía salida a su situación.

“No vi futuro. Solo vi un oscuro agujero negro y ya no me enfocaba en mis estudios por culpa de él (del acosador), porque me sentía perdido y de hecho ese día lo decidí. Estaba harto de tragar (…) Pasara lo que pasara mi vida es un infierno. Cuando me insultaba y me iba a pelear con él, no sé, no sentía miedo y temor. Me di cuenta de que no tenía fuerzas para seguir en esta vida, así que después de meditar me di cuenta de que había una sola salida para mí. Una que pensé que nunca tomaría: el suicidio”.

Y al final fue lo que hizo. Además del relato de su dolor dedicó unas palabras para sus padres, a los que pidió perdón por lo que haría después. “Madre, padre, os quiero mucho. Perdonadme por el dolor que os provocaré. Adiós familia, adiós amigos, a todo ser que me caía bien os extrañaré, pero tengo que hacerlo, ya no quiero vivir más la vida, la odio”.

Su relato acaba diciendo que solo quiere “descansar en paz”, pidiendo que devuelvan sus libros a la biblioteca que a él se le olvidó y con un “ahora sí. Adiós familia. Adiós amigos y sobre todo, adiós a ti, boba”.
Tomado de la red

No hay comentarios:

Publicar un comentario