lunes, 24 de octubre de 2011

LA DESMEMORIA DEL PUEBLO






Con el agite de las elecciones me puse a pensar en ese dicho que dice “los pueblos que olvidan su pasado están condenados a repetirlo” o algo así, no estoy muy seguro que sean las palabras exactas pero como dice el Chapulín Colorado la idea es esa. No soy historiador y me atengo a mi memoria y a las lecturas que hice y hago…. Ah, se me olvidaba que los viejos de mi familia de ambos partidos tradicionales, se encargaban de refrescarme las ideas relacionadas con la política y es que para ellos solo podían existir en Colombia dos partidos y que los jóvenes de hoy en día, que son todos los menores de 50 años para ellos, se encargaron de cambiar las leyes para sacar más y más partidos y esto se volvió un “sancocho político”, me decían.
Y mi abuelo paterno, por ejemplo, que si estuvo en la guerra de los mil días porque tenía por entonces 16 años en Guaca, Santander, y era apto para empuñar las armas y no como otros abuelos de mis amigos que afirmaban también haber combatido en esa guerra desastrosa, que le costó al país entre otras cosas la separación de Panamá, y como yo tengo la manía de hacer cuentas pues esos no pudieron estar combatiendo porque no habían nacido o eran bebes. Mi abuelito nació en 1886 y cuando empezó la guerra tenía 14 años y lo enrolaron a la fuerza dos años después cuando se recrudecieron las acciones cerca de su casa. El cucho se dio el gusto de vivir 105 años y murió en 1991 de mal genio y arriando madres contra el partido conservador. Aclaro lo de la edad porque los amigos míos tenían abuelos nacidos a principios del siglo XX y hasta donde sé nunca le dan fusiles a bebes de un año o poco más.
Ese señor llamado Rodolfo, fue uno de los que me metió en la cabeza la idea de que todos los políticos son ladrones y que muchas fortunas “bien habidas”  no salieron de la nada sino del despojo de los más débiles o del robo a las arcas del erario público. Me decía: “mijo, cuando terminó la lucha por la independencia y los españoles tuvieron que largarse para la puta madre patria quien se apoderó de sus propiedades?... sencillo hijo, pues los oficiales del ejército libertador, y con el tiempo se hicieron escrituras y legalizaron el despojo y mire chino que a los suboficiales les dejaban un terrenito  para darles contentillo y a la tropa pues aguardiente y tabaco de las rentas… y de ahí nació el dicho que nadie se hace rico dando”
Ese era mi abuelo paterno puto liberal y macho como se decía en otras épocas y los conservadores replicaban. “y sus hermanas” y jajaja.  Por la otra parte estaba la familia de mi madre perteneciente al partido conservador que abominaba de los liberales y los trataban de masones y ateos y asesinos de sacerdotes, pero no quiero pasarme a otra historia que ni me acuerdo si ya se la conté cuando para entrar al seminario era indispensable ser del partido conservador y los curas desde el púlpito incitaban a sus feligreses a matar liberales; y nos preguntamos el por qué de la violencia.
Y me sigo saliendo de lo que estaba pensando y era en los políticos que no en la violencia pero viéndolo bien lo uno va con lo otro de alguna manera y la llamada Violencia en Colombia de mitad del siglo XX que fue sino violencia política entre los dos partidos tradicionales y la chispa fue el asesinato del líder liberal y seguro presidente de la república Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948. Y ¿por qué lo mataron?, pues porque denunciaba la corrupción de la oligarquía y defendía a los humildes y sus discursos incendiarios inflamaban la mente y los corazones del pueblo raso y la clase alta sintió que su hora era llegada y solo había una salida, quebrarlo como se dice ahora.
Pero mis tías abuelas que entre otras cosas también sufrieron de lo mismo que mi abuelo, que fue la hijuemadre longevidad, y dos pasaron de los cien años  y me repetían que todo poder viene de Dios y es un grave pecado, de los más graves mijo, ir en contra de las personas que tienen el poder por mandato divino y, por supuesto, estas personas eran los jerarcas de su partido y hasta tenían en su casa bustos de tamaño pequeño de sus políticos predilectos y yo, en una de mis borracheras de adolescente y sin querer, lo juro, tropecé con la estatua de Laureano Gómez y se fue escaleras abajo partiéndose en mil pedazos, como se dice y yo no creo porque quien putas se ha puesto a contar los pedazos, al otro día la tía Emilia con lágrimas en  sus ojitos de ochentañera me mostró el destrozo y yo le prometí por todos los santos reponérsela por otra más grande y 16 años después cuando falleció de muerte natural (ya era natural que muriera) yo jamás le devolví a su ídolo.
Que desorden de mi cabeza, ya pueden entender porque estuve en el manicomio, pero vuelvo al tema de los señores políticos y su “honradez a toda prueba” que para frenar los avances de la oposición encarnados en Gustavo Rojas Pinilla, ex general y ex presidente de la república, le robaron las elecciones de 1970 contra Misael Pastrana Borrero… yo si me acuerdo y les refresco la memoria: el general es el abuelo de Samuel Moreno Rojas y su hermanito Iván, ambos presos por el carrusel de las contrataciones que tiene semi destruida la capital de nuestro amado país, y Misael es el padre de Andresito Pastrana quien, según los entendidos, tuvo el peor gobierno de la historia de Colombia aunque sus seguidores digan lo contrario y que cuando fue alcalde de Bogotá le dio gusto a los niños del Norte con frecuentes conciertos de Rock. Ah, y el papá de los Moreno Rojas, el senador Samuel Moreno, esposo de María Eugenia Rojas, hija de mi general, se daba el gusto de asistir borracho a las sesiones del congreso y hasta se recuerda que alguna vez echó bala en el recinto sagrado.
Y todos juran ante lo más sagrado que su vida es un libro abierto y que pueden meter las manos en el fuego para probar su inocencia, acto que se hacía durante la inquisición, sólo que durante ella si se metían las manos a la candela y los políticos se quedan en la promesa y cuando se les comprueban sus tropelías todo queda en silencio… silencio cómplice de los medios que para nada colabora con la memoria de los ciudadanos que siguen dando su voto a los corruptos de siempre o a sus sucesores. Algo ha cambiado y es que antes la sucesión era por línea sanguínea, a veces de padres a hijos o nietos pero y también a yernos o nueras y aún ahijados. Ahora es cuestión de intereses económicos, que siempre van ligados con la política. Miren los programas de gobierno y verán que con leves variantes todos ofrecen lo mismo y ¿qué es lo mismo? Reformar las condiciones económicas de la población, arreglar los servicios, las carreteras, la salud, los problemas de inseguridad y en una palabra, cambiar radicalmente todo.
Pasan las elecciones y los mismos que saludaban de abrazo al obrero y al campesino no lo determinan o, si acaso, lo saludan desde la ventanilla del lujoso auto con la mano, pero sin bajar el vidrio, no va y sea que se arrimen y los contaminen, ya no besan a los niños mugrientos y mocosos de las señoras de las plazas de mercado no comparten unas cervezas en la cancha de tejo con los mecánicos y choferes del servicio público. Pasado el proceso electorero, que eso es, llega la amnesia para los políticos elegidos y los resentimientos sirven a los quemados o vencidos que aprovechan, ahora sí, para visitar a los que nunca determinaron para sembrar la semilla de la desconfianza en sus opositores que si ganaron. Esto lo escribo diez días antes de la contienda electoral para elegir gobernadores, alcaldes, concejales y honorables diputados a las asambleas departamentales, amén de los ediles que aun no tengo claro para qué demonios sirven estos cargos.
Las ciudades terminan llenas de basuras y los vencedores en unas resacas de los mil demonios porque esa es otra mentira, la ley seca no se sabe quiénes la cumplen, yo por lo menos en los años que serví de jurado de votación, vi cientos de borrachitos por las calles y en mi pueblo, cuando comenzaban a salir los resultados, en esa época por la radio, en todas las oficinas donde funcionaban los comités del candidato repartían trago por cantidades y para disimular los servían en pocillos tinteros. Muchos años han pasado y las cosas no han cambiado, los nombres si, por supuesto pero detrás de un nombre está el del jefe que es un político inhabilitado o preso (ahora no son presos sino internos)… seguimos con esa otra mentira, a los cuatro vientos se grita que fulano de tal está inhabilitado o se le decretó la muerte política pero los que no comen cuento saben quiénes son los candidatos movidos desde la sombra por este titiritero de la política.
Creo que este monólogo es sólo un abrebocas de todo lo que puede decirse relacionado con las marrullas de los políticos, de la corrupción que continúa incólume y con una impunidad aterradora, pero por ahora descansé un poco de mis afanes mentales. Hay mucho que decir pero eso lo pueden expresar mejor los que entienden de política, yo sólo me remito a mis recuerdos y a mis lecturas. Como jamás pedí favores a ningún político y mis hijos estudiaron sin tener que mendigarle a nadie una beca o una recomendación siento que tengo el valor moral para decir lo que digo. Pensar lo hacen muchos sobre este tema pero no lo dicen.
Los politólogos, sociólogos, historiadores y demás eruditos podrán decir más verdades y los amigos periodistas honestos seguirán sufriendo persecuciones y falsas acusaciones por decir las verdades, así es en todo el mundo y así seguirá siendo. El gobierno mundial es una utopía y en Colombia, nuestra amada patria, seguimos muy lejos de escoger a los más capaces y honestos.
Siento que me quedan muchas cosas para decir pero si Dios lo permite, otra vez será.
Edgar Tarazona Ángel

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