Los peligros y
amenazas están por todos lados. En la casa, los colegios, la calle y la
oficina. Una mezcla de delincuencia común, violencia, sustancias psicoactivas,
caos vehicular, acoso laboral y 'bullying' que, sumados a las crecientes
exigencias de la vida moderna, hacen que cada vez sea más difícil controlar sus
emociones.
Este es el
panorama que se vive en Colombia, en particular en Cali, catalogada como la
séptima ciudad más violenta del mundo, y el que constituye el ambiente propicio
para la prevalencia de la ansiedad.
De hecho, estudios
realizados por más de 30 años han ubicado a este padecimiento como el trastorno
mental más frecuente en el mundo.
Lucio David
González, psiquiatra con máster en psicoanálisis, describe la ansiedad como una
expresión de malestar físico y psíquico al que no se le encuentra explicación,
que si bien todos los seres humanos experimentamos en algún momento, puede
llegar a tornarse crónica y exagerada, con una marcada sensación de que algo
malo va a ocurrir, hasta el punto que termina por afectar todas las áreas de la
vida, como la familia, el trabajo y las relaciones sociales.
Es entonces cuando
se habla de ansiedad patológica, que según Carlos Miranda, director médico del
Hospital Psiquiátrico y docente de la Universidad del Valle, se confunde con
depresión, debido a que tienden a presentarse a la vez.
"Pero
mientras en la depresión se produce una respuesta de tristeza frente a una
pérdida, en el síndrome de ansiedad la reacción ocurre ante un conflicto y lo
central es la sensación de aprehensión o temor frente a algo que no ha
ocurrido."
Las raíces del trastorno
Factores como la
personalidad, la crianza, las experiencias vividas y el medio ambiente inciden,
inciden según Carlos Miranda en la capacidad de un individuo para afrontar las
situaciones difíciles y controlar las emociones.
Se sabe además que
existe una predisposición genética a sufrir ansiedad.
Teniendo en cuenta
todos estos factores, el psiquiatra González comenta que es posible que ante el
peligro una persona reaccione de manera consciente o inconsciente.
"En el primer
caso, simplemente actúa y toma medidas frente a la situación, pero cuando es inconsciente,
la angustia se acumula y se somatiza, generando síntomas físicos de ansiedad,
lo que puede tener relación con vivencias del pasado, conflictos no resueltos o
que no se expresaron, que al sumarse al fenómeno disparador, producen una
descarga emocional", explica el profesional.
En algunos casos
la ansiedad puede aparecer también como producto de una situación particular
(reactiva), como una quiebra económica, la muerte de un ser querido o el
desempleo.
En los niños es un
fenómeno común, puesto que a temprana edad apenas se está comenzando a vivir,
no se tiene claro lo que es bueno o malo y no hay la capacidad suficiente para
elaborar las situaciones, por lo que las angustias se descargan a través de la
actividad psíquica y motora, es decir, por medio de una película de acción, de
la práctica de deporte o con rebeldía haciendo cosas indebidas.
Pero, si no se
produce esa descarga, las angustias, que usualmente tienen relación con el
comportamiento de los padres, sus exigencias y prohibiciones, así como con la
soledad en la que viven los menores de hoy, se acumulan y luego se manifiestan
con el trastorno de ansiedad.
Si se puede combatir
El problema para
diagnosticar oportunamente la ansiedad radica en que además de que no existe
suficiente personal médico entrenado para detectarla, las personas tienden a
consultar médicos generales, dados los síntomas físicos que sufren, lo que
conlleva a que el trastorno permanezca oculto por mucho tiempo.
En los casos más
leves, el psiquiatra Carlos Miranda afirma que lo indicado es estimular un
proceso de catarsis, para que la persona exprese su problema puntual a nivel
del círculo familiar.
Sin embargo,
también aclara que la mayoría de pacientes se maneja con psicoterapia, bien sea
de tipo cognitivo conductual o psicoanálisis: "Allí se trabaja para que la
persona entienda que ante una situación difícil no hay que angustiarse, sino enfrentarla
y que pueda encontrar dentro de sí mismo los recursos y fortalezas necesarios,
favoreciendo la autoconfianza".
Se le explica,
además, según Lucio David González, la importancia de tener pensamientos
positivos, "dado que estos estimulan al cerebro para que se produzcan más
neuronas, para que éstas crezcan más rápido, se generen más receptores y se den
las respuestas adaptativas y los ajustes necesarios a nivel central para
afrontar las situaciones o amenazas del medio".
En los casos más
severos se recurre a los fármacos de tipo antidepresivo, pues se ha descubierto
que aparte de combatir la depresión son efectivos contra pacientes ansiosos.
Tal como lo revela
el doctor González, estos medicamentos actúan básicamente a nivel de la parte
frontal del cerebro, que controla las emociones. "Específicamente, agrega,
en los receptores de serotonina, de forma que al estimularlos, se envía una
orden al cerebro para que se produzca más serotonina y haya un mejor control de
las emociones".
Aprenda a reconocerla
Con la ansiedad se
produce una descarga de adrenalina que conduce a síntomas físicos como:
-Aumento de la
frecuencia cardíaca o palpitaciones.
-Aumento de la
frecuencia respiratoria.
-Inquietud motora.
-Alteraciones del
sueño.
-Dolores
musculares.
-Cólicos o
diarrea.
-Cefalea.
-Visión borrosa.
-Boca seca.
Por otro lado,
este trastorno altera el sistema inmune, exponiendo a infecciones y tumores,
entre otros males, y por ende, disminuyendo la esperanza de vida.
Signos psíquicos.
Aprehensión o
sensación de que algo malo está por ocurrir. Estos pacientes usualmente creen
que si se suben a un ascensor se van a quedar encerrados, que si conducen se
pueden estrellar, etc.
De comportamiento.
Dificultad para
relacionarse con los demás y para cumplir normas en la sociedad.
Cognitivos.
Alteraciones de la memoria y la concentración.
DATOS CLAVES: 4 de cada 10
colombianos sufre algún problema mental. El más común es la ansiedad con un 19%
de incidencia.
Las mujeres, en
una proporción de 1,5 a 1 con respecto a los hombres, son las principales
víctimas de ansiedad.
Tomado
de COLPRENSA
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