viernes, 11 de septiembre de 2015

DIOMEDES, LA TELENOVELA


Por curiosidad me dio por ver esta publicitada telenovela por varias razones que no  tienen nada que ver con mi afición por este género musical y menos por el intérprete. Como colombiano, orgulloso de su patria, escucho la música de todas las regiones y el vallenato no escapa de este agrado como toda la música de la región Caribe. Diomedes Dionisio Díaz Maestre, como era su nombre completo, fue uno de los grandes intérpretes de estos ritmos, y lo digo en plural porque el género vallenato tiene sus ramificaciones que no es el asunto de este artículo.
La vida de Diomedes, el llamado Cacique de la junta, fue un caos, un desorden completo si lo prefieren y no solo en lo concerniente con las mujeres, como quiere destacarlo la serie, sino en todos los aspectos de su vida: económica, sentimental, física, mental, etc. Si como cantante escaló las cimas de la fama por sus canciones, en el aspecto puramente humano no es el mejor ejemplo para la juventud que lo sigue, en presente porque sus seguidores aumentan con el paso de los años.
Como su historia es bastante conocida, en este artículo quiero referirme a los errores por omisión o defecto que cometen en el seriado. Lo más fastidioso, para mi y otras personas, es la insistencia en el conquistador de mujeres. En cada capítulo una diferente y hasta hay capítulos con dos o tres, en los últimos, tal vez por el lio por la muerte de Doris Adriana Niño, que en la película tiene otro nombre, está más o menos fiel. No se puede negar que tuvo muchas mujeres pero tampoco en esa continuidad. En cambio si minimizan su adicción a las drogas psicoactivas, su alcoholismo desaforado, su incumplimiento y el deterioro físico que lo desgasta prematuramente.
En la novela, con el problema del homicidio encima, se ve gordo y rozagante cuando por esas fechas, en la realidad que se puede comprobar en fotografías, Diomedes estaba degenerado, flaco, demacrado y con los ojos vidriosos. No me salgan con el cuento de que no se puede adelgazar, como no; Tom Hanks, para la película El Naufrago bajo 27 kilogramos y otros artistas también lo han hecho, además tenemos en Colombia artistas del maquillaje para envejecerlo.
Otro detalle que pasa desapercibido para la gran mayoría de televidentes es la facilidad con que viaja de Bogotá a barranquilla, Valledupar, La junta y otras ciudades. La mujer, Lucia en la serie, se enfurece en La Junta y aparece la misma tarde en Bogotá. Traten de hacerlo hoy, veinte años después a ver si es tan fácil. Las distancias y el tiempo no existen para El Cacique de la junta, ni las trabas y leyes morales y éticas. Cuando hablo de éticas me refiero a su falta de compromiso con su profesión porque jamás cumplía con las citas de trabajo y de ello puedo dar fe porque fui víctima de su inasistencia a uno de sus conciertos. En muchas ciudades queda el amargo recuerdo de su falta de honestidad con su fanaticada que, enfurecida al ver que no aparecía, destrozaba los escenarios donde debía presentarse y luego, sus representantes artísticos, culpaban a los empresarios.
En el momento que narra la telenovela ya no recordaba las letras de las canciones y se drogaba en la tarima, detalles que no muestran. Para solucionarlo alargaba la mano con el micrófono para que captara las voces de los asistentes que siempre coreaban las canciones. Pero, lo más curioso es que cuando se vuela y llega a la casa del mafioso Pluma Blanca, este señor arma tremenda fiesta con trago, droga, mujeres por montones y Diomedes, en un acto de amor, se deprime y le llevan a su esposa de turno que llega a consolarlo. Como por arte de magia en el siguiente capítulo sigue la fiesta con un Diomedes barbado (barba de varios meses, ojo lo que voy a decir) y todos con la misma ropa y su esposita ya se fue tranquila para la casita.
En algunos capítulos iníciales mostraron a Diomedes consumiendo cocaína, que era una de sus adicciones, pero superó la adicción sin saber cómo; cuanto darían los terapeutas para saber la fórmula, igual la de la curación de su enfermedad: síndrome de Guillain Barré, una enfermedad de origen incierto y de la que de cada cuatro casos tres pacientes mueren y de cada cuatro a dos le repite, que le permitió la casa por cárcel y eludir la justicia.
Se puede argumentar que una telenovela es una opción y los libretistas pueden basarse en realidades para presentar la vida de un personaje público pero, a mi modo de ver, nos están entregando un cantante exitoso que supera sus problemas, incluyendo homicidio culposo, con una facilidad escalofriante. No olvidemos que muchos niños y adolescentes ven TV a esas horas y no importa la presencia de adultos, ellos sacan sus propias conclusiones porque desconocen la verdadera historia del personaje.
Me, gustan muchas canciones de Diomedes, veo a ratos la serie porque muchos capítulos se los dedican a dos o tres canciones o a la serie interminable de besuqueos con las actrices de turno, pero la verdad escueta es que el verdadero Cacique de La Junta no es el mejor ejemplo para la niñez y la juventud de Colombia aunque se enfurezcan sus fanáticos seguidores.
Edgar Tarazona Angel



No hay comentarios:

Publicar un comentario