Jhon
Jairo Velásquez Vásquez, más conocido con el alias de ‘Popeye’,
el lugarteniente más famoso de Pablo Escobar y uno de los pocos que queda
vivos después de haber purgado 23 años de cárcel, a través de un canal de
YouTube se ha dedicado a narrar parte de su vida como guardaespaldas y jefe de
sicarios del capo.
En uno de
estos videos Popeye habla ampliamente de Escobar y las formas en que
el narcotraficante celebraba los diferentes hechos que lo rodeaban.
Popeye dice que los
cumpleaños del ‘patrón’ siempre fueron celebrados. Cuando
no era perseguido por el gobierno las fiestas de cumpleaños se
celebraban por todo lo alto en la Hacienda Nápoles.
A estas reuniones, donde
había de sobra licor y droga, así como mujeres bellas, asistían los grandes
narcotraficantes de la época y los más reconocidos bandidos cuenta el
exjefe de sicarios.
Popeye también dice que en
las fiestas privadas del capo nunca faltó la música en vivo de las agrupaciones
o cantantes de la época. Entre otros, en las rumbas de Escobar,
contrataron a Juan Piña, La Sonora Matancera con Celia Cruz, Joe Arroyo, Los
Visconti y muchos más.
En medio de la guerra que
Escobar libró contra el estado y sus autoridades, cuando lo estaban buscando
por cielo y tierra, tampoco dejó de celebrar su cumpleaños. Para él era un
fecha especial. Popeye dice que
escondidos en las caletas y con bajo perfil también celebraban con una
pequeña torta, sin licor y con música a bajo volumen. Pablo Escobar era un hombre
melómano, dice su lugarteniente. El capo utilizaba la música para relajarse,
pensar, tomar decisiones y obviamente celebrar.
A Escobar le gustaba
escuchar la música de los años 60, entre sus cantantes favoritos estaban Nino
Bravo, José José, Leo Dan, Raphael. Velásquez Vásquez también narró que cuando
Escobar estaba relajado, cuando las cosas marchaban bien, fumaba marihuana y
repetía una y otra vez la cación ‘El Preso’, de Fruko y sus Tesos.
Popeye sabía que Pablo
Escobar iba a pasar algo muy “delicado” cuando escuchaba que el
‘patrón’ reproducía en la grabadora el tango ‘Sangre maleva’,
de Óscar Larroca. “Me le acercaba
y le decía patrón ¿qué va a pasar? “No pregunte ‘popeyito’… no pregunte”, le respondía Escobar.
Escobar no
celebraba los envíos de cocaína, pero mientras el país lamentaba la muerte
de los líderes que él mandaba asesinar o los atentados terroristas, según lo
contó ‘Popeye’, Escobar tenía una manera especial de festejar estos
hechos.
Tan pronto se conocía que
los sicarios cometían el crimen ordenado, Pablo Escobar ponía en la grabadora
el tema ‘Chiquitita’ de Abba, el único grupo de música americana que el
capo escuchaba, y le ordenaba a su lugarteniente traerle una cerveza y un
cigarrillo de marihuana, contó Popeye.
Escobar se fumaba medio “marihuano”, se tomaba la cerveza y Popeye se
ponía a contarle chistes, a hacerlo reír, mientras que Colombia, como lo
dice el dicho, lloraba sobre la sangre derramada.
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