Mostrando entradas con la etiqueta masacre. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta masacre. Mostrar todas las entradas

miércoles, 29 de noviembre de 2017

LA MASACRE DE LAS BANANERAS SÍ EXISTIÓ: LA DEMOLEDORA RESPUESTA DE UNA HISTORIADORA A MARÍA FERNANDA CABAL


La representante a la Cámara María Fernanda Cabal sorprendió este martes con una declaración que dejó boquiabierto a más de un historiador y estudioso de los orígenes de la violencia en Colombia. En el programa de Vicky Dávila, de La W Radio, la congresista uribista dijo que la masacre de las bananeras, ocurrida en los años veinte en Colombia, era un mito histórico de la "narrativa comunista".
"[...] Gabriel García Márquez crea el mito de los 3.000 trabajadores asesinados; no los consigue usted ni recogidos de las poblaciones vecinas para que vayan y trabajen. Eso no es cierto”, dijo Cabal.
La historiadora Leidy J. Torres Cendales escribió para SEMANA este texto sustentado con datos y telegramas de la época, en el que deja entrever que lo de Cabal no es más que una distorsión de la realidad con fines políticos en tiempos de la posverdad. Este es el escrito:
La Masacre de las bananeras de 1928 es uno de los hechos históricos más recordados por los colombianos. En su momento fue reivindicada por el movimiento obrero y por Jorge Eliécer Gaitán, pero quien lograría generalizar el conocimiento del suceso fue Gabriel García Márquez. En Cien Años de Soledad, el Nóbel puso en la boca de José Arcadio Buendía la polémica cifra de muertos que ha mantenido vivo el debate: “debían ser como tres mil”. Hoy, nuevamente, ese número y la existencia misma de la masacre son objeto de discusión por las declaraciones de la congresista María Fernanda Cabal. No obstante, habría que recordarle que dicha controversia es vieja y ha sido ampliamente desarrollada por los historiadores profesionales.
© Semana La masacre de las bananeras sí existió: la demoledora respuesta de una historiadora a María Fernanda Cabal
Ya en 1998, cuando se cumplían 70 años de los sucesos, Eduardo Posada
Carbó sugirió que la cifra de García Márquez era imprecisa y que la ficción literaria había calado demasiado hondo entre los historiadores. A partir de allí, algunos de ellos empezaron a escudriñar en periódicos colombianos como El Espectador y El Tiempo, pero sobre todo en fuentes extranjeras como el New York Times y los National Archives of Washington, buscando una visión más sopesada y alejada de la “narrativa comunista”, como la llama Cabal. A partir de dichos datos, los historiadores han concluido que, efectivamente, detrás de las cifras de la masacre hay una enorme indefinición. No obstante, de falta de certezas en los números a negar la masacre hay un largo trecho.
No es cierto, como dice la congresista, que 3 mil fuera un número exagerado de trabajadores para la zona bananera. Desconoce Cabal la importancia económica del cultivo de banano de las primeras décadas del siglo XX, las dimensiones de la migración de campesinos hacia las plantaciones y las cifras que el mismo New York Times registra el 26 de noviembre de 1928, cuando establece la cantidad de huelguistas en 12 mil.
La representante a la Cámara se queda también con la versión oficial, publicada en El Tiempo el 6 de diciembre de 1928, según la cual los huelguistas abandonaron la vía pacífica y optaron por vías de hecho, “forzando” al ejército a intervenir. Ignora, de nuevo, la congresista Cabal, que el mismo Jefe Civil y militar de la Provincia de Santa Marta, el General Carlos Cortés Vargas, enviado por el presidente Miguel Abadía a lidiar con el conflicto, señalaba apenas un día antes de la masacre que “la organización de los huelguistas era sorprendente” y “aunque armados de machetes ni huyen ni atacan, pero rodean las tropas con la esperanza de que los oficiales simpaticen con ellos”. De hecho, el mismo periódico El Espectador titulaba el 10 de diciembre que Cortés Vargas había descargado “sobre una multitud obrera inerme y pacífica”.
La masacre de las bananeras sí existió: la demoledora respuesta de una historiadora a María Fernanda Cabal
Finalmente, frente a la cifra de muertos, debemos recordar como el mismo
general Carlos Cortés Vargas reconoció en sus memorias la existencia de 9 muertos. Si 9 personas asesinadas no le parecen suficientes a la Senadora para aceptar que lo ocurrido en Ciénaga fue una masacre, tendremos entonces que recurrir nuevamente a Washington. El Embajador norteamericano en Colombia para 1928, Jefferson Caffery, reportó 100 muertos recién ocurrida la masacre. Para el 14 de diciembre sus estimaciones sobrepasaban el centenar y los heridos los contaba en más doscientos. Ya en uno de sus últimos telegramas sobre el tema tenía “el honor de informar que el asesor legal de la UFC aquí en Bogotá dijo ayer que el total de huelguistas muertos por las autoridades militares colombianas estaban entre 500 y 600”. (National Archives of Washington).
La masacre de las bananeras sí existió: la demoledora respuesta de una historiadora a María Fernanda Cabal
Actualmente son pocos los historiadores que creen en la existencia de una
única verdad sobre el pasado. La mayoría de nosotros sometemos nuestro conocimiento, como el de todas las ramas del saber, a la pregunta de quién lo enuncia, cómo y con qué intereses. No obstante, una cosa es asumir la responsabilidad de reconstruir  los hechos históricos integrando la pluralidad de versiones y otra muy distinta aceptar la manipulación y distorsión de la realidad con fines políticos, la mal llamada “posverdad”. Las cifras sobre la masacre de las bananeras son controvertibles, por supuesto, como también lo es la cantidad de personas torturadas y asesinadas en los campos de concentración de Auschwitz. Incluso las circunstancias en las cuales se abrió fuego a los huelguistas en 1928 también pueden ser discutidas. Sin embargo, ese debate debe pasar por los argumentos informados, basados en fuentes de información relativamente creíbles y por la sensibilidad, que parece hemos perdidos los colombianos, para sentir la misma indignación por la matanza de 9 trabajadores, de 600, o de 3.000. El punto no es el número de muertos, sino la necesidad de no invisibilizar las víctimas de la violencia, vengan del espectro que vengan, en el presente o en el pasado.
*Historiadora. Magíster en Historia.
Docente Facultad de Filosofía y Humanidades

Universidad de la Salle

martes, 6 de octubre de 2015

CORTE SUPREMA INVESTIGARIA A URIBE POR MASACRE DE EL ARO



Corte Suprema investigaría a Uribe por masacre de El Aro Foto: Jesús Abad Colorado

El Alto Tribunal tendrá la facultad de indagar si el hoy senador tiene alguna responsabilidad en la masacre cometida por los paramilitares en 1997, mientras él era gobernador de Antioquia. Uribe responde.
 Corte Suprema investigaría a Uribe por masacre de El Aro Foto: Jesús Abad Colorado
“Estoy acostumbrado a infamias y especialmente en épocas electorales”.  Así, y desde su cuenta de Twitter, el ex presidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez respondió a una decisión de la Fiscalía de trasladar un expediente en el que se menciona su presunta participación en la masacre del corregimiento El Aro (Antioquia), donde murieron 17 personas. Así lo reveló la mañana de este martes Caracol radio.

La Fiscalía toma esta decisión porque considera que las actuaciones judiciales contra Uribe por fuera de su periodo como presidente son causas judiciales que deben ser investigadas por la Corte Suprema.

Según fuentes de la Fiscalía, las investigaciones trasladadas al alto tribunal fueron por dos hechos: para que se investigue la relación de Uribe en el homicidio de Francisco Villalba, un paramilitar que en vida señaló a Uribe por esos hechos y por su presunta participación en la masacre de El Aro.

A esto se suma una recientemente declaración que obtuvo la Fiscalía del exjefe paramilitar Diego Fernando Murillo, alias 'Don Berna’, quien aseguró que el hoy senador tenía conocimiento de esos asesinatos.

En su declaración 'Don Berna’ vincula a varias personalidades de Antioquia. Entre ellas, al exsecretario de Gobierno, Pedro Juan Moreno, una de las personas más cercanas a Uribe cuando fungió como gobernador de ese departamento. Moreno murió en un accidente aéreo en febrero del 2006 cuando se encontraba a bordo de un helicóptero BELL-206-B que se estrelló en el Urabá antioqueño-.

Otra de las versiones sobre esa masacre, que también dejó 60 casas destruidas y decenas de desplazados, indica que mientras los paramilitares asesinaban a los campesinos un helicóptero de la Gobernación de Antioquia, supuestamente, sobrevolaba la zona y no denunció el episodio.

Jaime Granados, abogado de Álvaro Uribe, dijo en entrevista conBlu radio que esta decisión demuestra una intención de emprender una arremetida contra el exmandatario y su círculo más cercano.

“Estamos en frente a una persecución sin precedentes de quien es el principal opositor del actual gobierno y del proyecto ideológico que defiende el fiscal general desde la trinchera de la Fiscalía”, dijo.

Para la defensa, el testimonio del exjefe paramilitar extraditado a Estados Unidos es, en cierta medida, inducido por quien interroga. “Es claro que la Fiscalía está sugiriéndole a quien declara las respuestas que quiere escuchar, hace preguntas claramente sugestivas que serían inapropiadas en el terreno judicial”.

Esta será la oportunidad para que el hoy senador despeje todas las dudas que hay sobre su participación en esa masacre ordenada por Salvatore Mancuso, cuando él era gobernador de Antioquia.

Por cuenta de esa masacre, Colombia fue condenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) por la violación al derecho fundamental a la vida. Esto, porque la responsabilidad del Estado se habría derivado de los actos de omisión, aquiescencia y colaboración por parte de miembros de la fuerza pública de Ituango.

La CIDH además concluyó que la participación de agentes del Estado no se limitó a facilitar el ingreso de los paramilitares a la región, sino que omitieron, además, el deber de asistir a la población civil durante la incursión.

Tomado de la revista SEMANA