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domingo, 5 de febrero de 2017

FUEGO AMIGO DE URIBE A ZULUAGA



La carta no podía ser más extraña. La firmaba Luis Carlos Restrepo e iba dirigida al expresidente Álvaro Uribe. Restrepo en la actualidad se encuentra prófugo de la Justicia y está asilado en Canadá. Hacía tiempo no se oía de él y su reaparición sorprendió.
En la carta señalaba que la supuesta financiación de Odebrecht en Brasil al asesor de ese país, Eduardo ‘Duda’ Mendonça, para la campaña de Óscar Iván Zuluaga era una “falta ética”. Según Restrepo, aunque Zuluaga no se hubiera enterado, era impresentable haber recurrido a una empresa contratista del Estado para financiar indirectamente una parte de su campaña. En la contabilidad de esta se había registrado un pago de 1,5 millones de dólares, mientras que la cotización original del asesor brasileño había sido de 4,3 millones.
Esto hizo pensar que había gato encerrado. La versión de Zuluaga es que la cotización inicial sí fue de 4,3 millones, pero que obtuvo una rebaja sustancial a 1,5 millones. Sin embargo, la revista Veja, la más influyente de Brasil, recientemente reveló datos adicionales. Coincide en que en Colombia hubo un pago de 1,5 millones de dólares, pero agrega que Odebrecht por su lado le pagó a Duda 1,6 millones de dólares en efectivo y otra parte con bienes inmuebles. Como afirmó Alfonso Gómez Méndez en una columna reciente, todas las campañas tienen una parte de su financiación no registrada, la cual generalmente es imposible de detectar. En este caso, por tratarse de una revelación proveniente de Brasil, el escándalo salió a flote.
De ser verdad, no solo se trataría de una irregularidad contable, sino también de una violación a los topes y aportes permitidos para la financiación de la campaña. Lo sucedido en términos legales es delicado, pero en términos políticos puede ser mortal. Zuluaga es el precandidato del Centro Democrático que encabeza las encuestas y la revelación de Odebrecht le hace un daño enorme. No solo por el artículo de la revista brasileña, sino por la carta de Luis Carlos Restrepo y la reacción de Álvaro Uribe.
El expresidente anexó la carta de Restrepo a una de su puño y letra en la cual le solicitó al comité de ética de su partido investigar a Zuluaga. Teniendo en cuenta que este último en la actualidad no solo es precandidato, sino también el presidente de la colectividad, la sola solicitud de una investigación, por parte del jefe supremo, ha sido interpretada como una lápida política. Puede leer: Archivo del caso Zuluaga: ¿Qué tan justificado es? Detrás de este episodio hay varios elementos.
El primero es que, ante un país obsesionado por el tema de la corrupción, es imposible defender al presidente del Centro Democrático por más rutinaria que sea la irregularidad en la cual incurrió. Pero hay una consideración de más peso. En círculos bien informados se sabe que el Centro Democrático tiene tres candidatos, pero que el expresidente prefiere a uno de ellos: Iván Duque. No tanto porque le parezca el más calificado, sino porque ve en él una especie de hijo político, como lo fue Andrés Felipe Arias en su momento.
Sin embargo, Álvaro Uribe no ha querido mostrar favoritismo por ninguno de sus discípulos. Eso le ha permitido no comprometerse públicamente, pero para los allegados es claro que su corazón está con Duque. Zuluaga, por haber obtenido 7 millones de votos en las últimas elecciones, encabezaba las encuestas internas del partido. Muchos observadores, sin embargo, consideran que esos votos no fueron del candidato derrotado, sino simplemente endosados por Uribe y que están disponibles para quien él unja.
Por otra parte, un triunfo del Centro Democrático sobre el santismo requiere renovación y eso definitivamente no lo encarna Zuluaga. Por lo tanto, el escándalo de la semana pasada le dio a Uribe la oportunidad de solucionar un problema que por amistad no hubiera podido resolver personalmente. Le sugerimos: Los tentáculos de Odebrecht De ser así, de los tres candidatos quedan dos: Carlos Holmes Trujillo García e Iván Duque. En principio se podría decir que, aun sin escándalos, Trujillo la tiene más difícil por las mismas razones que Óscar Iván. En una coyuntura en la que todo lo que representa el establecimiento tradicional produce desgano en el electorado, ser miembro de una dinastía política regional no es una ventaja para él. Sin embargo, tiene una trayectoria y experiencia como pocos en el país.
Ha sido alcalde, constituyente, embajador, ministro y candidato a la Vicepresidencia de Óscar Iván Zuluaga. Y en los últimos meses ha neutralizado en parte su imagen de político tradicional al mostrarse como un hombre muy bien preparado, elocuente y un columnista influyente. De lo que no hay duda es que tanto Óscar Iván Zuluaga como Carlos Holmes Trujillo tienen más quilates en su hoja de vida, más experiencia y más cancha que Duque.
Él solo les podría sacar ventaja en lo que Uribe más valora en la actualidad: elegibilidad. Según prácticamente todos los analistas, en Colombia el rechazo por lo tradicional ha creado la coyuntura para que surja lo que los anglosajones denominan un outsider. Es decir, alguien de afuera, nuevo y, en todo caso, algo diferente. En teoría Iván Duque no lo es. Es el hijo consentido de Álvaro Uribe, quien nada tiene de outsider. Sin embargo, es joven, preparado y mediático y relativamente desconocido, lo cual lo convierte en un semi-outsider. A eso se suma que su mentor es Álvaro Uribe, el jefe del antisantismo, corriente que para muchos constituye una fuerza electoral tan poderosa como la del antiestablecimiento.
De ahí que el expresidente tenga contemplado que Duque y él son la ecuación ganadora. Como no puede decir eso de frente, manda señales indirectas. Con frecuencia cuando un parlamentario le pide una cita, él lo recibe con Iván Duque a su lado sin tocar el tema electoral.
No obstante, como tiene que mostrarse neutral, Uribe no quiere imponerlo a dedo. Pero Duque tiene el problema de que en la actualidad no tiene asegurado el triunfo ni en una convención del partido, donde los veteranos ganarían, ni en una consulta popular abierta en la que el electorado pueda escoger entre los tres precandidatos.
En la última encuesta de Gallup solo contaba con 0,7 por ciento de apoyo y en la última de YanHaas registró un 6 por ciento. Los profesionales de la política, sin embargo, saben que lo que está hoy sobre el tapete poco tiene que ver con la realidad electoral dentro de un año. Y también son conscientes de que la clave del éxito en las presidenciales de 2018 no es quién gana hoy, sino quién tiene más proyección hacia el futuro. A pesar de su falta de experiencia, hoy por hoy el puntero es Duque.
La razón es que mientras sus rivales tienen apoyo dentro del Centro Democrático, él lo tiene más allá del partido. Eso ha creado fisuras con algunos furibistas que lo han acusado de poner sus intereses personales por encima de los de la colectividad. Al cerrar la semana se supo que Iván Duque había acompañado a Óscar Iván Zuluaga y a su hijo David a la reunión con Duda Mendonça en São Paulo. Como de esta surgió el escándalo de los pagos irregulares, su presencia allá no lo favorece. Su descargo es que allá solo se les hizo una presentación sobre los servicios de la empresa y no se habló de plata. Y solo asistió a una reunión.
Eso podría ser verdad, pero es el mismo argumento que invoca Óscar Iván Zuluaga, a quien están ridiculizando con el mote samperista de que “todo fue a mis espaldas”. En todo caso tanto el candidato como su hijo David, gerente de la campaña, están enredados en el asunto.
Para Álvaro Uribe es incómodo tener que defender a Duque mientras que simultáneamente está zafando a Zuluaga por el caso Odebrecht.

Porque definitivamente pocos creen que la carta de Luis Carlos Restrepo para denunciar “la falta de ética” de Zuluaga haya sido una iniciativa personal, enviada sin el conocimiento del expresidente. Tampoco es muy lógico que un prófugo de la Justicia sea el faro ético del partido. Pero independientemente de estas consideraciones, el efecto político de esa inusual carta parece ser la sepultura de la candidatura de Óscar Iván Zuluaga.
TOMADO DE REVISTA SEMANA

lunes, 16 de marzo de 2015

CARTA AL EX-PRESIDENTE URIBE de Maria Jimena Duzan

Por María Jimena Duzan

Carta al expresidente Uribe:
El único que se sostiene inamovible en su posición es usted. ¿No se ha dado cuenta de que corre el riesgo de quedarse solo navegando contra la corriente?
Es probable que cuando esta columna aparezca, ya el país conozca su respuesta a la carta que le envió el procurador Alejando Ordóñez, en la que lo invita a reconsiderar su negativa a que el uribismo forme parte de la Comisión Asesora de Paz propuesta la semana pasada por el presidente Juan Manuel Santos. Ojalá me equivoque, pero mi detector de percepciones, me dice que usted no va a cambiar de opinión, así tenga el mejor concepto del procurador Ordóñez y lo considere una persona afín a su pensamiento. Sin tapujos, le va a decir que gracias por sus oficios, pero que no acepta su ofrecimiento porque usted va a seguir desde su orilla oponiéndose al proceso de paz con alma vida y sombrero. Posiblemente envolverá su negativa con el argumento ya conocido de que se trata de una “paz con impunidad” que busca doblegar al Estado democrático para que caiga en las fauces del terrorismo y del castro-madurismo, y que además obliga a las Fuerzas Armadas a la indignidad de sentarse de tú a tú en La Habana. No soy nadie que usted merezca escuchar porque no formo parte  de su séquito. Probablemente me tenga entre su lista negra porque siempre he sido una fiel crítica suya, sin embargo, reconozco que usted representa a una cantidad de colombianos que creen en su ideario que deben ser escuchados con respeto.

No obstante, creo que esta vez se equivoca al insistir en hacer una oposición cerrera a un proceso de paz que si bien tiene aún muchos nudos gordianos por resolver y no avanza al ritmo que muchos deseáramos, sí está empezando a generar nuevos hechos frente a los cuales nadie, ni siquiera usted, puede ser indiferente.

Aunque insista en negarlo, lentamente los miedos y temores que atormentaron al principio a varios sectores del país frente a lo que podía suponer una negociación con las Farc se han ido disipando. Los primeros en cambiar sus miradas y flexibilizarlas han sido –fíjese usted– los militares, uno de los sectores de la sociedad que usted siempre ha creído interpretar.

Esa peligrosa división que se vivió en las pasadas elecciones presidenciales cuando usted centró sus esfuerzos en convencer a los coroneles y generales de que no apoyaran el proceso de paz, se ha ido evaporando con el paso de los hechos. Sin duda la presencia de los generales en la Mesa de La Habana es un hecho histórico que muestra cómo la tesis de que Santos le estaba entregando el país al castro-chavismo no se la creyeron en los cuarteles. Contrario a lo que usted pensaba, expresidente, hoy los miliares han llegado a la conclusión de que si el proceso avanza es mejor estar dentro que afuera.

Hasta el explosivo procurador Alejandro Ordóñez, opositor acérrimo al proceso de paz, se ha dado cuenta de que es hora de abrir las compuertas y de extender un ramo de olivo. Para el procurador, el uribismo debería entrar a la Comisión Asesora de Paz porque puede ser la oportunidad de “construir, disentir, coincidir, y ejercer la crítica propositiva”. ¿Quién se iba a imaginar que ese tono conciliador pudiera ser de alguien tan sectario como el procurador Ordóñez?

Incluso en el seno de su partido, el Centro Democrático, empieza a prosperar una línea impulsada por Carlos Holmes Trujillo más amiga de flexibilizar posiciones y buscar puntos de encuentro con el gobierno Santos. Mientras las cosas van cambiando el único que se sostiene inamovible en su posición es usted, señor expresidente. ¿No se ha dado cuenta de que por ese camino corre el riesgo de quedarse solo navegando contra la corriente?

Sé que en su gobierno usted hizo muchos esfuerzos por abrir un proceso de paz con las Farc pero las cosas no se dieron para infortunio de los colombianos. Y aunque puedo equivocarme, algo me dice que su oposición al proceso no radica en que usted no crea en la vía de la negociación política, sino en la animadversión que usted y el presidente Santos se profesan. Pero además, no se confunda: se puede participar en el proceso de paz sin dejar de ser uno de los jefes de la oposición en Colombia. No es requisito ser santista.

El procurador Ordóñez insiste que no se puede hacer la paz en este país sin que usted y el presidente Santos fumen la pipa de la paz. Yo no estoy tan segura de esa tesis. La paz que se firmó en El Salvador siempre tuvo sus enemigos, lo mismo sucedió con la paz de Guatemala. Aunque los grandes empresarios de la Cacif terminaron participando a regañadientes en el proceso de paz guatemalteco, muchos empresarios con poder político, nunca se sumaron. Otro tanto pasó en El Salvador con la clase política que tenía asiento en grandes feudos de tierra. A los que se opusieron, simplemente la historia les pasó por encima y a regañadientes les tocó reinventarse. Ojalá, usted que siempre ha sabido leer este país, no termine aplastado por la historia.

Tomado de la revista SEMANA

jueves, 22 de mayo de 2014

CARTA DE DESPEDIDA DE GARCIA MARQUEZ



Las últimas palabras de Gabriel García Márquez que quedaron impregnadas en papel y en el corazón del mundo que siguió su vida literaria.

Debido al deterioro de su salud, el escritor Gabriel García Márquez anunció su retiro de la vida pública en noviembre de 2013 con una carta donde detalla lo que haría si le "regalaran un trozo de vida" como presagio de su muerte.

“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera. Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma. A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres… He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrá de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Trata de decir siempre lo que sientes y haz siempre lo que piensas en lo más profundo de tu corazón.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, te diría “Te Quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da siempre otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no lo está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si mañana nunca llega, seguramente lamentaras el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles, “lo siento” “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus nobles pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.

Finalmente, demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan".
Tomado de un correo en INTERNET